“Todo desaparece: el camino, la casa, el jardín, la mujer,
incluso las huellas. Todo desaparece,
solo nos queda la risa, una risa que proviene del mismo vientre del universo”
(tomado del libro autobiográfico de Osho)
Baubo diosa del
vientre, de la risa, de la locura, de la sensualidad, simboliza la capacidad de
sanar que todos los seres tenemos a través del humor.
Según la mitología griega Deméter se encontraba sumergida en
la tristeza y en la depresión a causa de que su hija Perséfone había sido
raptada. Uno de esos días de intensa
búsqueda la diosa se desplomó junto al pozo de una aldea donde nadie la
conocía. Mientras permanecía apoyada contra una fría piedra del pozo, apareció
una mujer, que se acercó a ella bailando, agitando sus caderas como la más
prodigiosa de todas las bailarinas de la tierra. Al verla, Deméter no pudo
evitar su leve sonrisa. La bailarina era una mujer hermosa con un bello color
de piel y unos labios muy sensuales. Con aquella deliciosa boca empezó a
contarle a Deméter unas historias muy graciosas. Deméter sonrió, después se rió
con una carcajada que provenía justo de su vientre, estalló en una sonora
melodía de risas contagiosas. Ambas mujeres y también diosas, Baubo, la diosa
del vientre y de la risa y Deméter la poderosa diosa de la Madre Tierra se
rieron juntas como locas. Y aquella risa sacó a Deméter de su depresión y le
infundió la energía necesaria para reanudar la búsqueda de su hija y, con la
ayuda de Baubo, consiguió finalmente su objetivo. El mundo, la tierra y los
vientres de las mujeres volvieron a ser fértiles y Perséfone fue devuelta a su
madre.
A parte de ser una historia realmente entretenida, el
significado y el efecto en las vidas de quienes logran comprenderla y adoptarla
como arquetipo y referente de su propia existencia es definitivo y
esperanzador.
Pues algunas de las cualidades de esta asombrosa diosa eran
su capacidad de liberar las tensiones, borrar la tristeza, provocar una
inadvertida revolución en el cuerpo que lo aislaba de la razón, era el cuerpo
el que reía, ¡ porque es el cuerpo el que debe reír primero!
El travieso actuar de la simpática diosa lograba que la risa
fuese como una forma de medicina muy particular, una risa que nacía en las
entrañas, en el estómago bajo, que se expandía en segundos, recorriendo los
órganos y llegando a las neuronas para finalmente resonar al exterior,
liberando toda la euforia del espíritu, contagiando su entorno, llenando el
espacio.
El mensaje de la diosa Baubo es claro y poco complicado: la
risa que proviene del vientre es la mejor de todas las medicinas, hablar desde
las entrañas, sentir desde ese rincón sagrado es fundamental, porque se ríe de
verdad y se habla con la verdad y lo que viene después es sin lugar a dudas una
sensación reconfortante, un delicioso cansancio abdominal y a la vez un alivio
que nos da la certeza que todo estará mejor!
La risa que viene del vientre enciende nuestro fuego interno
y aunque de mal gusto nos parezca generalmente es desencadenada por lo que ante
nuestros ojos inicialmente parece burdo como los comentarios subidos de tono,
como la ironía de la vida, como lo absurdo entre tanta coherencia, los propios
desaciertos que luego se tornan en chispas fluorescentes distorsionando una
momentánea y gris realidad.
Aprendamos de Baubo a reírnos permanentemente en medio de la
rigurosa y cuadriculada carrera de la vida, a reírnos de nosotros mismos para
disipar la depresión y arrancar tristezas y odios que habiten en nuestro
corazón.
Un contenido excelente envuelto en una historia encantadora, la vida cómo la sonrisa deben ser auténticas. Gracias.
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